Fútbol EC

Domingo en la mañana se despiertan miles de fanáticos en busca de alegría, existen diferentes tipos de hinchas, los que van con los amigos, los que van con la familia, los que van con la novia, los que van solos, los que van donde la barra. Todos tenemos en común un ritual para ir a la cancha. Lo primero en preparar en casi todos es las cábalas, algo curioso hay cábalas desde cadenas hasta ponerse la misma ropa el día del partido anterior. Pasemos a la vestimenta: un pantalón o bermuda, por lo general muy desgastada, por tantas veces que se ha pasado en el estadio alentando; zapatos muy cómodos para poder saltar y festejar sin problemas; y para finalizar, unos van con camisetas del mismo color del equipo que simpatizan, otros con la de la selección de su país: otros van con camisetas de equipos extranjeros, sin embargo, hay los fieles, los que nunca faltan a ningún partido, esos que llevan la camiseta de su equipo como parte de su piel.
El camino hacia la cancha llena de nervios a cada fanático que preparan la garganta y sus canticos, así como las banderas para alentar al equipo. Se toma el colectivo para dirigirse a la fiesta, se divisa en las calles ambiente de futbol, con carnavales de colores de cada uno de los equipos, hinchas por toda la ciudad, imparable sentimiento hacia los equipo. Este domingo “El Villero” como lo conocen sus amigos, se prepara para ir a ver a su equipo, todos tenemos colores, los de él son rojo y blanco “este es liguistaff” como cualquier hincha del Deportivo Quito lo denominaría.
Se acerca al estadio en busca de pasión, como todos los asistentes, prepara canticos y sus trapos, mira hacia el horizonte con ilusión y espera ver a su equipo ganar a si sea con medio gol. Espera estar temprano en el estadio para retaquear (esta palabra significa: pedir dinero a los otros fanáticos para comprar su entrada), se encuentra con sus panas donde siempre, se fuman unos tabacos para amenizar la fría mañana. Una vez conseguida la plata para la entrada se disponen a tomar un poco de licor, a modo de combustible para encendidos a alentar en el partido. A la entrada la requisa les molesta un poco porque no llevan nada raro celulares billeteras y un par de rollos de papel, algo básico en el hincha común.
Buscan un sitio cómodo un poco alejado del grueso de la barra para no tener que ser confrontados por no cantar las diferentes tonadas, el partido preliminar es de poco agrado en sus últimos minutos, entre ellos bromean de diferentes temas, el principal con los vendedores.
Entrando el grueso de la barra se ponen a corear, el villero canta con euforia, incentiva a las personas en su cercanía a alentar al equipo todo es una fiesta, el partido empezó el muchacho cambio con ojos concentrados y un vocabulario muy extenso en malas palabras, chistes e insultos racistas o de tono muy elevado son parte del partido. El partido se torna un poco intenso mete gol el equipo contrario, dé pronto el muchacho se pone eufórico otra vez y canta más fuerte, su equipo necesita el apoyo para recuperarse, mientras que en el gol de su equipo el grito no es tan impactante, aquí el analiza el gol un poco extraño pero muy interesante, es un simple empate dicen sus amigos. Para el final del partido su equipo anota el gol de la victoria ese gol lo grita y se abraza con las personas a su alrededor, es algo que se debe festejar dice él, con una sonrisa de dibujada.
El partido terminó con la victoria señalada, se nota en sus comentarios, al ir caminando hacia la salida. Se escuchan frases muy curiosas como “dejaran para el pasaje”, y cánticos del equipo ya afuera se despiden con un tabaco más, uno de sus amigos sugiere las bielas pero el muchacho dice “no, tengo que hacer deberes hablamos otro día”, y va al colectivo con una felicidad inmensa para dirigirse a su casa para acabar el festejo del domingo.
Esto se vive a lo largo del Ecuador, todos somos fanáticos todos somos iguales, vivimos el futbol con pasión y con garra, pero con diferentes colores.
“El Hincha es no es solo una persona más, es el Alma del equipo” Hincha Anónimo.